
He acabado algunos libros pendientes y poco más, eso si, sol y playa a destajo, tanto sol que me vuelven a salir manchas, otro grito... y a darle a las cremas y potingues.
Oslo es una de mis ciudades preferidas, es pequeña, bohemía y limpia. Te miran mal si fumas por la calle, allí parece que nadie fuma.
Tuve la oportunidad de mirar el cuadro de Edvard Munch en directo, el color es bastante más apagado y oscuro en general de como sale en las fotografías, pero como parte de un movimiento expresivo es ilustrativo.
Lo que más me gusto de Oslo fué el Parque Vigeland, un inmenso e impresionante museo de más de 650 esculturas al aire libre que no deja a nadie indiferente.
Podría pasarse uno media vida descifrando y observando la simbología de las esculturas, casi enteramente dedicadas al género humano y al ciclo de la vida.
En Oslo vive esa carita con ángel de Alexander Rybak, el ganador de Eurovisión 2009.
Quiero volver a Oslo...¿alguién se anima?