domingo, 23 de agosto de 2009

Domingo en crisis.

Asi me siento esta mañana, pronto se acabarán las vacaciones legítimas y sin vender una escoba.
He acabado algunos libros pendientes y poco más, eso si, sol y playa a destajo, tanto sol que me vuelven a salir manchas, otro grito... y a darle a las cremas y potingues.
Oslo es una de mis ciudades preferidas, es pequeña, bohemía y limpia. Te miran mal si fumas por la calle, allí parece que nadie fuma.
Tuve la oportunidad de mirar el cuadro de Edvard Munch en directo, el color es bastante más apagado y oscuro en general de como sale en las fotografías, pero como parte de un movimiento expresivo es ilustrativo.
Lo que más me gusto de Oslo fué el Parque Vigeland, un inmenso e impresionante museo de más de 650 esculturas al aire libre que no deja a nadie indiferente.
Podría pasarse uno media vida descifrando y observando la simbología de las esculturas, casi enteramente dedicadas al género humano y al ciclo de la vida.

En Oslo vive esa carita con ángel de Alexander Rybak, el ganador de Eurovisión 2009.

Quiero volver a Oslo...¿alguién se anima?

3 comentarios:

Tita dijo...

Si hay algo que me guste más que viajar, es escuchar a los demás sus viajes, sus aventuras e impresiones.

Curioso lo que comentas del cuadro del grito, pero la verdad es que tiene más sentido gritar por la oscuridad que por la luz y el color...al menos yo lo veo así.

Recuerdo cuando con 17 años fuimos a Paris, y al Louvre. Que experiencia más desaprovechada. Tuve un coitus interruptus delante de la Gioconda, que tantas ganas tenía de ver, con tanta gente ansiosa como yo, y esa cámara protectora con cristales y donde solo encendían la luz (para que no se estropeara el cuadro) a ratitos. Imposible disfrutarla, solo sentir que Leonardo había puesto sus manos sobre ese lienzo algunos siglos antes. Prefiero verla en foto o postal, al menos lo puedo hacer sin empujones todo el rato que quiera....

Me gustaría ir a Oslo, por supuesto. Pero creo que estaré ocupada unos años...después...¡¡el mundo será nuestro!!

Sarah dijo...

Tita!
Que ilusión verte por aquí. Seguro que vas a estar ocupada unos cuantos años, pero si puedes no te pierdas la ocasión de visitar Oslo, con un finde largo o aprovechado teneís más que suficiente. No te lo digo por el cuadro de Munch, que aunque sea representativo no es ni mucho menos el mejor del museo. Lo que no se puede dejar de ver es el Parque Vigeland, sólo por él, merece la pena el viaje.

Yo también guardo en la memoria la primera vez que sentí el Arte, con mayúsculas, fué ante la visión del David de Miguel Ángel, en Florencia.
Aquellas venas y arterías esculpidas en mármol no dejan a nadie indiferente.

Y si tienes razón, las condiciones en las que se pueden ver las obras, influyen mucho. Es como algunos espectáculos, que sinó tienes una buena fila en platea, mejor lo ves en el sofá de tu casa, con un video.

Un abrazo, Tita, espero tu artículo de Amor y cocina cotidiana en candeletas, que cosas más raras tiene la red ¿verdad?

Pluvisca dijo...

Hola Sara, me alegró leerte en mi blog.

Los viajes son mi debilidad, no conozco Oslo pero...después de leerte quiero visitarlo. Ahora estoy flojilla de pasta, pero lo pongo en mi lista de los primeros.

Buenas noches